Es curioso cómo no había reparado en
ello, pero me he dado cuenta de que cada vez que he visto
representada una imagen de una mujer dando el pecho a su bebé, en la
mayoría de los casos tenía pechos grandes. Pocas veces he visto
imágenes de mujeres dando el pecho con menos de una talla 95.
¿Acaso tiene alguna relación el
tamaño de los pechos con la lactancia?
Puede parecer lógico, unos pechos
grandes estarán cargaditos de leche como dos enormes alforjas, así
es imposible que el niño pase hambre... pues resulta que la
lactancia no funciona así.
El pecho está compuesto por tejido
muscular y grasa, no son sacos cuyo contenido se sustituye por leche.
Algunos tienen más grasa y músculo y otros menos, y durante la
lactancia no desaparecen para dar lugar a un reservorio de leche.
Todos los pechos femeninos tienen sus glándulas encargadas de
fabricar la leche, y los conductos por los que se transporta,
independientemente de su tamaño.
Creo que la confusión viene de la
preconcepción de que el pecho funciona como una cisterna, que se
llena y se vacía. Por eso muchas mujeres piensan que deben dejar un
tiempo entre toma y toma para que se les puedan llenar. Pero en
realidad, el pecho funciona más bien como un grifo, del que sale más
o menos cantidad dependiendo de si lo abres más o menos, y siempre
sale, aunque haga 5 minutos desde la última vez que lo has abierto.
Y es que la producción de leche
responde al estímulo de succión del bebé, y si bien es cierto que
de no succionar en un tiempo se acumula un poco, no quiere decir que
haya que esperar a que esto suceda para dar de mamar a los bebés.
Junto con la leche, se segregan además
unas sustancias que son inhibidoras de la producción láctea, y que
cuanto más se acumula la leche, más se acumulan ellas también y
hacen que cada vez se vaya produciendo menos, hasta que el bebé mama
y vuelve a bajar su concentración, lo que hace que la producción
aumente.
En resumen, cuanto más toma el bebé,
menos inhibición de leche y más producción. Y todo esto no tiene
relación alguna con el tamaño que tengan los pechos.
Imagen de http://lactarte.blogspot.com.ar/
Ya he comentado en algún post anterior
que no destaco por mi exuberancia, pero en ningún momento dudé de
mi capacidad de alimentar a mi peque con mi propio cuerpo. Sin
embargo, me llamaba la atención que otros sí dudaran, algunos más
discretamente y otros con un descaro alucinante.
Y resultó que mis pequeñinas
estuvieron más que a la altura, porque mi bebé crecía y engordaba
que a veces daba hasta susto. Y lo hacía no por la calidad ni
cantidad de mi leche (que no era ni más ni menos la que debía ser),
sino porque le correspondía por su constitución, pero de haber sido
un bebé de percentil bajo, más de una mano entrometida hubiera
señalado como culpables a mis pobres mandarinas.
Los hombres no suelen meterse en estas
cosas, a no ser que tengan mucha confianza con una o muy poca
educación, pero las mujeres no se cortan un pelo. Cuando veían a mi
peque con su cuerpecito lleno de roscas como el muñeco de michelín,
y yo les decía que sólo le daba pecho, era inevitable, los ojos se
les iban con pasmo a mis pechos, y su mirada lo decía todo, aunque a
veces no hacía falta porque directamente me soltaban: “¿¿¿Con
lo poquito que tienes???”... Pues sí, señora... Y a veces lo
remataban con un: “Ains, pues debes tener muy buena leche”.
¡Claro! Poco pecho = poca leche, lo
que pasa es que está muy concentrada ¿no?
Para mí el hecho de que lo mismo me
dijeran que mi leche era agua o que era leche condensada no hacía
más que alimentar mi idea de que tenía que pasar de lo que los
demás dijeran, ni consejos no solicitados, ni juicios.
Así que si tienes poco pecho y por eso
piensas que no vas a tener leche suficiente para tu bebé, olvídate
de esa idea, es MENTIRA con mayúsculas, tendrás la leche que tu
bebé necesite, porque tu cuerpo se preparará para ello.
De hecho, el cuerpo ya se empieza a
preparar durante el embarazo, y muchas mujeres notan cómo el pecho
les aumenta una o dos tallas. Pero no siempre pasa, de hecho, yo no
lo noté y aún así no tuve problema ninguno con nuestra lactancia.
Lo que sí noté fue un par de días tras el parto, con la subida de
la leche... ¡Boom! Que ni me reconocía en el espejo. Claro que no
era así siempre, el volumen aumentaba o disminuía en función del
tiempo que hacía que mi peque había mamado, y muchas veces me
dejaba asimétrica, cuando mamaba más de un pecho que de otro.
Y cuanto más grandes se me ponían,
también más sensibles, así que no me podía permitir ponerme un
sujetador push up y presumir temporalmente de escotazo, pero mira, ni
falta que me hacía.
Llega un momento en la lactancia en que
el pecho no se siente llenar como antes, y es frecuente que muchas
mujeres piensen que ya se han quedado sin leche, pero nos suele pasar
a todas, y leche sigue habiendo, y mucha.
No tengo ni idea de cómo se me
quedarán una vez que mi peque se destete definitivamente, la verdad
es que prefiero no pensar mucho en ello porque he oído historias
para no dormir sobre que se me pueden quedar aún más pequeñas que
antes, o fláccidas, o también he oído que se quedan igual pero
blandurrias, no lo sé, pero cuando suceda aquí estaré como siempre
para rebatir mitos.
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