Cada vez son más los casos de niños y
bebés con pieles atópicas en diferentes grados. Aunque pieles
sensibles las ha habido de toda la vida, hay quien asocia este
creciente fenómeno con los productos que usamos para nuestros peques
(jabones, cremas, lociones...) que contienen ingredientes que aunque
aseguran ser seguros, suaves y respetuosos con la delicada piel de
los bebés, a corto o largo plazo generan problemas de sensibilidad e
incluso alergias.
Hoy en día se va optando más por
utilizar productos muy naturales, de composición muy simple, y sin
abusar, puesto que si bien es beneficioso que nuestros peques tengan
la piel hidratada, tampoco hace falta estar todo el día
encremándolos hasta que estén más resbalosos que un lenguado.
Para el cambio de pañal hace tiempo
que se dejó de aconsejar utilizar polvos de talco, que pretendían
proteger la piel de la humedad pero la resecaban mucho, y en su lugar
se usan las llamadas cremas o barreras antihumedad para culete, o pastas al agua.
Este tipo de cremas no son aconsejables
si se usan pañales de tela, ya que interfieren con la capacidad de
absorción de éstos y pueden terminar ocasionando fugas e
irritaciones. Si se usan este tipo de pañales es preferible no
aplicar ningún tipo de crema o aceite, o en todo caso aplicar algo
que sea de absorción muy rápida.
Pero aunque se tengan todo tipo de
precauciones, nos podemos encontrar con que nuestro peque sufre un
brote de dermatitis atópica, bien localizada en la zona del pañal,
o bien en otras zonas del cuerpo.
En el caso de que la irritación se
concentre en la zona del pañal, debemos evitar que la zona esté
húmeda. El primer frente que vamos a abordar es el pañal en sí,
ya que puede que lo que esté ocasionando ese brote sea algún
producto de la composición del mismo al que nuestro bebé muestra
sensibilidad.
Los pañales desechables están hechos
de celulosas y otros materiales más revolucionarios, pero quizá no
tan delicados, y pueden contener restos de químicos derivados de su
elaboración que también pueden ser responsables de causar
dermatitis, o tal vez la absorción no es la óptima.
Lo primero que habría que hacer sería
probar otras marcas, y sobre todo, cambiar con mucha frecuencia, sin
esperar a que el pañal pese.
Muchas mamás y papás encuentran la
solución a la piel delicada de la zona del pañal de su bebé en los
pañales de tela, pero siempre probando antes ya que los hay de
materiales más naturales como el bambú, o de microfibra sintética,
y a algunos niños les van bien unos y a otros les van mejor otros.
Cuando nos ponemos a comparar el precio
de un pañal de tela con el de uno desechable, lo cierto es que nos
puede parecer una diferencia abismal, ya que estamos hablando de unos
céntimos frente a en torno a 30 euros en caso de las marcas más
punteras, pero claro, éstas no sólo es que permiten reutilizar el
pañal las veces que sea necesario hasta que el precio se equipara,
sino que apenas pierden calidad con los lavados, al contrario de lo
que ocurre con algunas marcas de pañales de tela más baratos.
Sin embargo, la inversión inicial nos
sigue dando dolor de hígado (que está la cosa muy mala), así que
nos sentimos tentados a adquirir un pack de 10, 20 o 50 pañales, y
en mi opinión personal, lanzarse a comprar tantísimos pañales de
una misma marca o modelo sin haberlo probado antes con nuestro bebé
es un error, puesto que tanto el material como el sistema de pañal
(no olvidemos que existen muchos tipos de pañales de tela) puede no
ser el que mejor nos convenga, por comodidad, ajuste o resultados
sobre la piel del bebé. También existen proveedores que ofrecen lotes de prueba a precios bastante interesantes.
En caso de brote de dermatitis del
pañal, lo ideal es dejar la zona al aire el mayor tiempo
posible, siempre que nos lo podamos permitir, claro, que nuestros
peques paseen el plan comando por la casa o por el jardín (el que
tenga la suerte de tenerlo), si es que el tiempo acompaña, lo cuál
ya de paso los va preparando para el control de esfínteres.
Otro cuidado para esta zona sería
disminuir o eliminar en la medida de lo posible el uso de
toallitas, lavando la zona con agua tibia tras cada cambio de
pañal y secando a toquecitos con una toalla.
Aquí os dejo unos consejos de la página http://blogs.sefac.org/rincon-linimento/dermatitis-del-panal
Si la dermatitis aparece en otras
zonas del cuerpo, hay una serie de cuidados que podemos probar
para mejorarla o prevenirla. En primer lugar, disminuir la frecuencia
de baños, ya que los bebés no sudan como los adultos, y si no
se han ensuciado durante el día, no es necesario lavarles a diario,
ya que al hacerlo eliminamos la barrera natural de protección de la
piel, y tendemos también a resecarla.
Durante el baño, se desaconseja tanto
el agua a temperatura muy elevada (mejor templadita) como el
uso de esponja (aplicaríamos el jabón con la mano), por muy
suave y natural que sea. Y optar o bien por productos muy
naturales y de composición simple, como ya dije en un principio, o
bien por aquellos que son específicos para pieles atópicas.
En nuestro caso, teníamos muchas ganas
de que nuestra Gansi dejara de usar productos específicos para
bebés, puesto que los de niños más mayorcitos tienen dibujos,
diseños, colores y perfumes muy llamativos, pero al comenzar a
usarlos vimos la dermatitis de nuestra peque bastante agravada, así
que regresamos a los productos suaves.
Quizá la elección del color no fue la más afortunada...
De momento su caso no llega a ser
severo, pero aún tiene brotes esporádicos, aunque cada vez más
controlados.
Para casos ya muy severos, y siempre bajo prescripción médica, se pueden usar corticoides.
Otra cosa que nos ha funcionado muy
bien es usar ropa 100% algodón (por muy atractiva que sea la
licra y por muy versátil que sea el poliéster), y si es ecológico,
mejor.
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