Pues con casi 30 años que fui madre,
ni con mis conocimientos de cultura general, ni con tantos estudios
como he ido acumulando, sabía qué pasaba con la regla una vez que
se daba a luz, y no me explicaba cómo era esto posible. Quizá nunca me paré a pensarlo, o dí por sentado que no pasaba nada extraordinario.
Por difícil que resulte creerlo, nadie
me lo había explicado nunca, ni siquiera el tema de los “loquios”,
que lo aprendí en las clases de maternidad (fuerte, ¿verdad?). Así
que la gansa premamá sólo pensaba: “¡Bien! 9 mesazos sin regla, luego
todo será otra vez como antes”.
Realmente me emocionaba la idea de
estar 9 meses sin tener la regla, porque toda la vida he tenido unos
dolores menstruales muy fuertes, que muchas veces no se aliviaban ni
con medicación, y en más de una ocasión me han dejado un día
entero sin poderme mover de la cama y retorciéndome de dolor. Así
que librarme de este sufrimiento durante 9 meses me parecía
maravilloso.
Y ahora tomen asiento las premamás
que, como yo por aquel entonces, no sepan qué les espera tras esos
benditos meses de amenorrea, porque me dispongo a exponer, con toda
la franqueza y lujo de detalles que el tema merece, el proceso que
experimenta esta parte de nuestra feminidad sobre la que, aún a día
de hoy, existen tantos tabúes.
“¿Y qué me va a pasar una vez que
nazca mi bebé?” Pues en palabras llanas: todas las reglas de las
que te has librado, las vas a tener de golpe. En realidad, tendrás
lo que se conoce como “loquios” (más información),
durante alrededor de 40 días (la famosa “cuarentena”).
“¿Y luego? ¿A los 28 días otra vez
mi regla fabulosamente regular?” Pues... no. La regla puede tardar
en volver. “¿Cuánto?” Depende de cada cuerpo, y sobre todo,
depende de si das el pecho o no.
Si no das el pecho, puede tardar varios
meses, y si lo das, lo más probable es que tarde mucho más. Aunque
siempre existen excepciones, la lactancia inhibe la menstruación
durante meses, o incluso años.
Es más, se puede utilizar la lactancia
como método anticonceptivo bastante fiable (aumentaremos aún más
la fiabilidad si controlamos otros parámetros como la temperatura
basal y el flujo vaginal, siguiendo el método sintotérmico).
Al uso de la lactancia como método anticonceptivo se le conoce como MELA.
Aunque es complicado estimar alrededor
de cuándo regresará la menstruación si damos el pecho a nuestro
bebé, por comentarios con otras madres he calculado que la media
debe estar alrededor de los 9 meses tras el parto, pero es
perfectamente normal que tu bebé tenga más de 2 añitos y todavía
no te haya venido, igual que existen casos en que, aún dando el
pecho a completa demanda, tarda mucho menos en aparecer.
Como la lactancia, por desgracia, no
está hoy en día tan extendida como debería, y menos aún la
lactancia después de los 6 meses de vida del bebé, muchas mujeres
que se animan a dar el pecho se sorprenden, e incluso se asustan o se
preocupan, cuando su regla tarda varios años en regresar.
Si no piensas tener otro bebé aún, la
amenorrea son todo ventajas. En caso contrario, la nueva búsqueda se
puede volver bastante frustrante, ya que, aunque volvamos a tener la
regla, es posible que los primeros ciclos sean anovulatorios.
Una vez que vuelve, además, es
probable que pase un tiempo hasta que recuperemos nuestra regularidad
anterior. La parte buena es que, por lo general, suelen desaparecer
las grandes molestias que algunas mujeres sufrimos durante los
primeros días del ciclo. La parte mala es que, por lo general, esa primera regla suele "desbordar" nuestras espectativas. En mi caso, espero que la cantidad no sea proporcional al tiempo de amenorrea, porque a este paso voy a terminar recreando la escena del ascensor de la películo "El resplandor".
Pues sí, a día de hoy, hace casi 33
meses desde la fecha de mi última menstruación. Confieso que estoy
encantada (a mi que me parecía una maravilla librarme de ella 9
meses). Si alguna vez lo comento a alguien (aunque no es asunto de
nadie), se suelen sorprender e incluso preocupar. Lo bueno es que lo
puedo utilizar como escudo cuando los metomentodos me presionan para
que vaya a por el hermanito (aunque debería bastar con decir que
simplemente no me da la gana).
El caso es que, aunque puede que me
equivoque, todo parece indicar que pasarán meses antes de que vuelva
a saber a qué huelen las nubes...