domingo, 5 de enero de 2014

Mi casa es un desastre...

   Siempre me ha gustado el orden y la limpieza, pero no me ha obsesionado, ni siquiera ha sido para mí algo a lo que le diera prioridad. Aunque el hecho de que me gusten las cosas ordenadas no quiere decir que sea una persona ordenada, ya que suelo ser más bien caótica. Mi problema es que me gusta que todo tenga un sitio, y si hay algo para lo que en ese momento no encuentro sitio, lo que hago es dejarlo por ahí encima, a la vista (vamos, en todo el medio) para buscarle sitio “luego” (es decir, cuando la superficie en cuestión se llena de “paluegos”), y entonces me paso un día entero de maratón de limpieza y orden.

   Este problemilla mío no impedía que mi casa estuviera por lo general bastante ordenada, y sobre todo, limpita, pero desde que soy mamá, mi casa es un desastre.

   Mi gansi es extremadamente demandante. De bebé tenía que estar siempre en mis brazos, entre otras cosas por sus problemas de cólicos, incluso cuando dormía sus microsiestas repartidas entre las 24 horas del día, y si alguna vez echaba un sueño más largo y podía levantarme de su lado sin que se diera cuenta, lo que menos me apetecía era ponerme a limpiar. Estaba loca por darme una ducha o descansar un rato, y sobre todo dormir (especialmente en mi época anterior a que descubriera las bendiciones del colecho).

   Cuando fue creciendo empezó a ser algo más independiente, pero también a contribuir al desorden y la suciedad. Tiene la habilidad de entrar en una habitación impoluta y ponerla patas arriba en un minuto (juguetes, marcas de deditos en muebles y cristales, manchas de comida, vaciado indiscriminado de cajones, etc), como si hubiera pasado un huracán.
 


 Algo así...


   Aunque prefiero que vivamos en un entorno limpio y ordenado, soy incapaz de restarle un segundo del tiempo que me demanda. Aparte de que, por supuesto, me es más agradable pasar el rato con mi peque que limpiando, me resulta muy complicado que se entretenga con otra cosa que no sea conmigo.

   Puedo acostumbrarme a convivir con los juguetes por medio, e incluso con el desorden y la suciedad, pero no puedo conseguir que todo el que venga a visitarme a mi casa lo entienda de la misma manera. Así que confieso que en más de una ocasión me he avergonzado del estado de mi hogar, y me he cansado de justificar que nadie me ayuda y que mi peque me ocupa casi todo mi tiempo, en especial cuando enferma, y no, no puedo “aprovechar cuando duerme”.

   Así que desde hace un tiempo, y por supuesto, como propósito de año nuevo, he estado intentando buscar solución a ésto, y compatibilizar el atender las necesidades de mi peque y el tener un hogar que no me avergüence mostrar, o por lo menos, que no venga una inspección de sanidad y me lo precinten.

   Espero que algunos de mis descubrimientos puedan ser de utilidad a otras mamás desbordadas como yo, que no tengan fácil la posibilidad de pedir ayuda o delegar tareas (no dudéis en usar esta carta si la tenéis), y que en más de una ocasión se han encontrado haciendo varias cosas a la vez y a toda prisa, mientras oía un incesante “¡mami, mami!” y su cerebro respondía con un “la madre que usted solicita no se encuentra disponible en estos momentos”.

   Las cosas que me han ayudado y me están ayudando:

Portabebés. Ya hablaré más adelante de ellos en detenimiento, pero arrullar, dormir, y amamantar a tu bebé, y además tener las manos libres, es un puntazo.

Colecho. Si me tengo que levantar cada vez que mi bebé se despierta, no descanso igual. Durmiendo con mi peque, incluso las noches de toses, insomnio y mil vueltas se sobrellevan mejor. Y si estoy descansada tengo más fuerzas y energía, y mejor humor, para ocuparme de los míos, de mi entorno, y sobre todo de mí misma.

Organización del entorno (descubrí que no es lo mismo: recogido, ordenado, y organizado).

Minimizar la procrastinación. Aunque un buen ratito al día de desconexión viene muy bien, intento tener cuidado con las dependencias que nos pueden generar hoy en día las nuevas tecnologías, como mirar el email, el facebook (tengo la suerte de ser una de las pocas personas que aún no ha probado en candy crush saga), el “guasap”, el blog... ups.... Sobre todo, declararle la guerra a la tele, simplemente apagarla, no tenerla ni como ruido de fondo.

Y por último, y en lo que más estoy trabajando, organizar el tiempo. Por internet se pueden encontrar cientos de ideas, agendas de organización, blogs, etc. Recomiendo especialmente este blog. También me está ayudando el libro “Organiza tu hogar en 30 días” de Azucena Caballero. Y en cuanto a organización y trucos de limpieza recomendaría estos vlogs: How to organizeClean my space.




6 comentarios:

  1. Hola!!! Soy la autora de Mamá de un Survivor! Te he otorgado un premio por tu blog: Es el premio LIEBSTER AWARDS. Enhorabuena por tu blog y a seguir escribiendo!! Puedes ver el premio en http://mamadeunsurvivor.wordpress.com/2014/01/09/tres-premios-para-mama-de-un-survivor/ Muchos besos!

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    1. ¡Guau! Muchas muchas gracias! Mañana mismo publico mi post de respuesta. Para mí es un grandísimo honor. Tengo que decir que me ha emocionado tu historia... ¡quiero más aventuras del survivor!
      Besitos!

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  2. Jajajajaj qué exagerada! Mira yo precisamente me propuse no estresarme tanto.
    Antes estaba todo el Santo día haciendo algo, y ahora, sobretodo los findes, me relajo y ys por la noche le pego un meneo a todo y ale jejejej
    Unn beso!

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    1. Si yo me relajo! Hasta que veo que en el suelo del salon se pueden sembrar papas y en el del baño champiñones... XP

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  3. Uy, sí. Eso de bueno, después lo guardo, lo dejo aquí de momento... me suena, jajaja. Si lo he hecho toda mi vida, mas razón cuando de verdad una no tiene tiempo ni para casi ducharse con un bebé.
    A mi la matrona me llegó a decir que me olvidara de la casa, que eso tendría solución después, que intentara descansar y que me dedicara al bebé. Desde luego que lo hice, pero por suerte mi marido hizo lo que le tocaba hacer y tenía la casa mas o menos decente. Mientras yo me centraba en lo que me tenía que centrar.
    Como dices, el fular me ayudó en mas de una ocasión y alguna cosa que otra pude hacer. Eso es mano de santo, jajaja.

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    1. Eso son maridos! Si señor! Ya del peque nos ocupamos nosotras, y quien quiera ayudar que se remangue y limpie o cocine, jejeje

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