domingo, 9 de febrero de 2014

Pues mi niño lo hizo antes, eah

   Es normal que todos los padres sientan que sus hijos son los mejores del mundo mundial, los más guapos, los más listos y los más espabilados, pero hay algunos padres y madres que se toman los avances naturales en el desarrollo de sus criaturas, quizás un pelín demasiado en serio.

   Si una madre va al parque y comenta orgullosa que a su hija de x meses ya le ha salido el primer diente, automáticamente intervendrá otra madre que dirá que al suyo le salió a los x-3, y otra dirá que eso no es nada, que el suyo ya nació con dientes.

   Esto hace que te puedas encontrar, por un lado, padres obsesionados con que sus hijos sean los primeros en alcanzar las etapas del desarrollo, y que lo comentarán con todo el mundo henchidos de orgullo, y por otro lado, padres innecesariamente preocupados porque sus hijos aún no sean capaces de ciertas cosas con determinada edad.

   Existen niños perfectamente normales que aprenden a andar con 18 meses o a hablar a los 2 años, y los padres de esos niños probablemente hayan pasado un tiempo preocupándose en vano y siendo asediados por constantes “¿todavía no...? ¡Uy, pues llevadle al médico!”, o incluso pensando que su hijo no es lo bastante inteligente o que tiene algún problema de salud.

   Yo también observaba preocupada los progresos de mi gansi, preguntándome si estaría dentro de lo normal (y eso que mi pollito se podría considerar que está dentro del grupo de los “niños adelantados”, para muchas cosas), y si podría yo hacer algo para estimularle. Por eso me gustaría que mi aprendizaje sirviera para tranquilizar a todos esos padres y madres, especialmente primerizos, y futuros papás y mamás que, al igual que la gansa premamá, se sienten inquietos o incluso angustiados por si sus hijos harán ciertas cosas "cuando les toque".

   En primer lugar, aprendí que cada individuo se desarrolla de una manera y a un ritmo diferente, así que no se les debe comparar, y que las fases del desarrollo no se producen en momentos fijos. No existe una “edad normal” para echar los dientes, sentarse, hablar etc... El niño no es una máquina a la que mañana, que va a cumplir los 12 meses, le vaya a saltar un resorte que haga que empiece a andar de repente.

   Si bien es cierto que sí que existen enfermedades y trastornos, por ejemplo del habla, que cuanto antes se detecten más efectivos serán los tratamientos, pero no hay que dar por sentado que tu hijo los va a padecer. Se puede vigilar, pero sin preocuparse en exceso.

   Aprendí también que el hecho de se que alcance un “logro” de forma “prematura” o “tardía” no quiere decir que vaya a ser así con el resto del desarrollo. El niño que primero se pone de pie solito, puede que luego tarde muchos meses en sentirse preparado para soltarse a andar sin ayuda, o puede que tarde poco, depende exclusivamente de él.

   Mucho me costó entender y comprobar que la estimulación no es necesaria, y aunque mala tampoco es que sea, en exceso puede ser hasta contraproducente, si implica que estamos forzando al niño. He visto alguna criatura realmente agobiada por intentar comunicarle a su madre sus deseos, mientras ésta le ignora a drede y le dice “así no te entiendo, dilo bien” o “si me lo señalas con el dedito no te lo daré, me lo tienes que pedir bien”. Bueno, el tema del dedito da para mucho, sobre todo cuando a algún pediatra le da por meterse donde no le corresponde y hace creer a la madre que si hace caso a lo que su hijo le pide con el dedito, no aprenderá a hablar nunca y se comunicará con dedito toda la vida o algo así.



"Así no vas a aprender nuna E.T..."

   También sufro viendo bebés metidos en tacatás durante horas, a ver si así arrancan a andar antes, o padres convencidos de que estimulan a su hijo a tenerse erguido solo, y por tanto andar solito antes, forzándole a sostenerse sobre sus piernecitas temblorosas.

   Y todo esto os lo dice una que no es ni la más lista ni la más perfecta, que mi gansi también ha pasado sus buenos ratitos en el tacataca. He tenido y tengo muchísimas inseguridades y he cometido y cometo muchísimos errores. Sin ir más lejos, seguí el consejo de mi pediatra cuando me dijo que a los niños había que ponerles boca abajo, que así cogían fuerza y gateaban antes, pero mi gansi no lo soportaba, lloraba y chillaba, y yo cogía sus manitas y le decía con lágrimas en los ojos “tienes que aguantar, mi amor, es por tu bien”.

   Y aquí aprovecho para reafirmarme una vez más en mi máxima: Da igual si te lo dice un libro, el pediatra, tu madre o el Papa, si tu instinto de madre te dice que algo no está bien, no lo hagas.

   Otra cosa que aprendí es que el hecho de que un niño alcance un logro de forma “prematura” no es indicativo de que sea más inteligente. No se ha demostrado que ésto esté relacionado. Pero a todos los padres les hace ilusión que su hijo sea “el primero de la clase”, y piensan: “Mi hijo se sentaba solito con 4 meses, con 7 se ponía de pie y ahora con 9 meses ya anda... ¡va a ser un superdotado!”... pues miren ustedes, puede que sí, o puede que no, así que si al final es que no, por favor no se decepcione, su hijo lo notará. Y si finalmente uno termina descubriendo que su hijo, en efecto, es extremadamente inteligente, por desgracia, en esta vida, esto no le garantizará la felicidad ni el éxito.

   Y es que nuestros hijos no tienen por qué ser los mejores, ni los más listos, ni los más espabilados, ni los más exitosos, y no es justo someterles a la presión de que es esto lo que esperamos de ellos. Lo único que tendríamos que esperar de nuestros hijos es que fueran felices.


 "Pues yo con 6 meses ya hablaba 3 idiomas y bailaba El Lago de los Cisnes"

2 comentarios:

  1. Jajajaja, muy cierto.
    Lo mas triste de todo es lo de siempre... que todo eso te lo cuente un pediatra o una enfermera, que ha sido mi caso.
    - Dice al menos tres palabra?
    - No
    - Ni papá, ni mamá, ni agua...
    - No
    - Pero mujer... si te señala el agua no se la des, se tiene que esforzar...
    Claro! Qué gran idea! Dejemos que el niño se deshidrate para que diga agua de una vez! Es que estos niños no aprenden, eh?
    Esfuerzate tú en trabajar un poquito mejor rica...
    Claro que esto fue lo que pensé, jajaja. Realmente si había alguien en esa habitación que tenía que esforzarse era yo, o bien diciendo lo que pensaba en ese momento y dejarla con las patas colgando o bien intentando hacer una bomba.

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    1. Pues ahora te llevas a tu peque al pediatra que te dijo eso y le dices: aqui esta el que señalaba con el dedito y no decia 3 palabras, venga cariño, dile a este señor el del cielo esta enladrilado! XP

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