Con respecto a la lactancia, he pasado
por varias etapas. La primera fue la de “intentaré darle el pecho
a mi peque, y si lo consigo serán unos meses”, luego esos meses se
fueron alargando, hasta que estuve convencida de que para el año el
destete tenía que estar completado, porque más tarde iba a ser muy
traumático. A esta fase también podríamos llamarla: “y yo que
creía que a los niños había que destetarlos”.
Después llegó la siguiente fase, la
de “no voy a quitarle el pecho a mi peque, quiero un destete
natural”. Quería que mi peque dejara el pecho cuando tuviera que
ser, sin destete, y me daba igual que la gente me dijera que ya era
muy mayor, pasaba de todos, sabía que mi Gansi lo necesitaba y
quería dárselo.
Tomar esta decisión requiere de una
gran convicción, porque al no estar extendido en nuestra sociedad
actual el dar el pecho a niños mayores de 6 meses, la gente se
sorprende, te miran mal, y critican (mucho). Que levante la mano la
que le da el pecho a su peque de más de un año y no haya oído la
gracieta de “¿Le vas a estar dando hasta la universidad?”... yo
diría que nos ha pasado a todas...
Y es que al no haber referentes
habituales, la gente suele pensar que si el niño toma el pecho con
más de un año y no tienes intención de quitárselo, lo va a estar
tomando, quizá no con 18 años, pero sí que se lo imaginan con 7 u
8 enganchado en la tetita, aunque esto no es para nada lo que suele
ocurrir.
Así me ven los espectadores de Juego de Tronos...
Sí que es cierto que los niños se
destetan solos llegados a una edad, que es diferente en cada uno,
pero que suele rondar entre los 2 y los 4 años como mucho. El
reflejo de succión se va perdiendo con el tiempo, y llega el día en
que el niño ya no necesita tetita, aunque a veces parezca que será
un día muy lejano.
Durante esta etapa, cuando veía
comentarios y vídeos de gente en la red que daba consejos para un
destete “sin lágrimas”, incluso libros al respecto, no lo
entendía, incluso me indignaba. No comprendía cómo llegados al
punto de una lactancia mucho más prolongada de lo usual en nuestra
sociedad actual (que puede no ser un camino fácil), alguien querría
tirar la toalla y hacer sufrir a su criatura. Porque, seamos francos,
por mucho que quieras distraerle, darle muchos besitos para
compensarle, o miles de explicaciones, del sofocón no se libra,
aunque no lo manifieste externamente y parezca que esté bien.
Muchas veces veía que lo primero que
se intentaba siempre era el destete nocturno, achacándolo a que la
madre necesitaba descansar. Esto me parecía una aberración, ya que
el niño no va a dormir más porque no tenga la tetita, probablemente
ocurra lo contrario, ya que el sueño se desarrolla siguiendo un
proceso paulatino, y cuando aún está inmaduro la forma en que los
pobres lo logran es con su tetita, y necesitan esa seguridad, saber
que su madre está ahí.
Pero es muy común que, incluso las
madres más convencidas de que desean llegar hasta el final de la
lactancia, pasen por una tercera fase. Independientemente de las
críticas, de las crisis y los momentos de duda, de los días en que
parezca que no se hace otra cosa que tener el pecho fuera para que el
peque, que todo el mundo dice que es muy mayor ya, pase de una
tetilla a la otra hora tras hora. Independientemente de todo esto,
que se termina superando, es normal que se llegue a un punto en que
la madre sienta que ya está preparada para el destete, pero su peque
ni muchísimo menos (aunque a veces ocurre exactamente lo contrario, pero esto daría para otro post).
Y en esta fase me encuentro yo ahora,
fervientemente convencida en parte de que no le voy a negar la tetita
a mi peque, pero preparada para que no me invadiera la tristeza si
hoy mismo me dijera que ya no quiere más (aunque lo vería rarísimo,
lo aceptaría).
Ya hace mucho tiempo que no le ofrezco
el pecho, pero tampoco se lo niego, y me embarga la culpabilidad cada
vez siento la necesidad de ofrecerle una distracción o una excusa
para no dárselo, y no es que no lo disfrutemos, sino que me siento
preparada para seguir adelante y pasar a otra etapa.
Después de casi 29 meses postparto,
decidió volver mi menstruación. Por una parte no la echaba de
menos, pero en el fondo ya me iba apeteciendo volver a sentirme una
mujer fértil, aunque parezca una tontería, sentía que todavía
estaba de puerperio, como si mi cuerpo no se hubiera enterado de que
ya no tenía un bebé.
Por supuesto el culpable al que todos
señalaban era la lactancia (aunque el bajo peso con el que me quedé
también influía), y había conocido a muchas mujeres que recurrían
al destete, aunque fuera parcialmente, para conseguir que les
volviera la regla (y no digo que les funcionara en realidad). Y yo ya
pensaba que al volver mi regla por sí misma no iba a necesitar hacer
esto, que ya había superado el bache, pero a pesar de que mi regla
había vuelto, no lo había hecho mi fertilidad, que aunque no
tuviera prisa por echar mano de ella, sí que me apetecía saber que
estaba ahí.
Y quizá ésta sea en parte la causa de
que me encuentre en esta fase en la que siento que ya estoy preparada
para que mi peque se destete, aunque creo que a mi Gansi le falta
mucho (igual me sorprende). No sabría explicar por qué, ni si será
algo que se pasará con el tiempo, como una crisis más.
El caso es que a raíz de esto, ya no
juzgo los motivos que pueda tener cada una para querer destetar a sus
hijos, ni hago vaticinios sobre cuándo será el fin de nuestra
lactancia, porque ya no puedo ni siquiera asegurar cómo me voy a
sentir al respecto de aquí a un tiempo.
Lo único que puedo hacer es compartir
mi experiencia, y sentirme orgullosa de que hayamos llegado hasta
este punto con nuestra lactancia, porque siento que he hecho lo que
quería, sin ceder a presiones, siento que he tomado una decisión y
he seguido adelante con ella a pesar de las adversidades, y creo que
eso es lo importante, que sea la madre la que tome la decisión con
respecto a la lactancia, natural o artificial, y al momento del
destete, y que sea firme en sus convicciones y no se deje influenciar
por opiniones ajenas, muchas veces desinformadas y
descontextualizadas.
"La mía con cocolate po favó"
(Imagen de cartoonstock.com)
Madre mía 29 meses de lactancia!!, eres una super campeona!, que envidia!!. A mi me hubiese encantado darle tetita a Iris, pero no pude o no supe hacerlo, se me juntaron varias cosas y no hubo forma, por eso admiro a las mamás que lo consiguen. Desde luego yo tampoco le negaría la tetita.
ResponderEliminarSiempre me entristece oir a mamás decir que no pudieron hacer con sus peques aquello que deseaban... ¡qué rabia!... es que para mí ha sido super importante.
EliminarEspero que todo lo demás sí haya podido ser como tú querías.
Lo importante es que no falte el amor!
Un besazo!
Nena, me pasa exactamente lo mismo, y de hace ya un tiempo. Siento como una especie de rechazo. Y como te pasa a ti no se la ofrezco, pero tampoco se la niego. Esto tiene que ser algo la mar de natural, nuestro cuerpo también quiere cortar y quiere destetar, lo unico es que ellos todavía no están preparados. Paciencia. Despues diremos ayyyy cuando yo te daba el pecho...
ResponderEliminarArriba la teta!!! Jejejeje.
Yo nunca imaginé que pudiera haber ese desfase. Pensaba que mientras mi peque quisiera yo querría también, ya ves tú...
Eliminarjajaja arriba arriba! Y que no decaigan! XD