domingo, 19 de octubre de 2014

Momentos que son la guinda de limón

  Quiero dedicar esta entrada a una compañera virtual, una bloguera que me regaló mi primer premio y que me hizo darme cuenta de que había alguien por ahí que leía mi blog, y a veces hasta le gustaba.

   ¡Y ahora está de celebración! La Guinda de Limón ha cumplido un año hace poco y está haciendo un sorteo bien chulo al que todavía estáis a tiempo de apuntaros. http://laguindadelimon.blogspot.com.es/2014/10/sorteo-1er-aniversario-lgdl.html


   A ella le dedico esta recopilación de pequeños momentos que nos regalan nuestros hijos (intuiréis que la mayoría son autobiográficos), porque sólo ellos saben sacar el lado más dulce de lo amargo, momentos que son una guinda de limón...

  • Estar pasando por una época muy triste de tu vida y que esas dos rayitas del test de embarazo hagan que parezca que ha salido el sol en medio de una tormenta.

  • Padecer molestias en el embarazo, incluso pérdidas de sangre que te hagan presagiar lo peor, y escuchar por primera vez ese latido fuerte y lleno de vida.

  • Acudir a un examen muy difícil a las 8 de la mañana (o a tu trabajo), en un pueblo alejado de tu hogar, y sentir unas pataditas que te hacen saber que no estás sola.

  • Llevarte horas sufriendo el dolor de las contracciones y ver de repente esa carita sonrosada y esos ojos que te atraviesan el alma con su mirada.

  • Tener mil dudas y miedos, estar extenuada y sentir que te estás equivocando como madre, y que una sonrisa desdentada borre todo tu cansancio y preocupaciones.

  • Después de un día de perros en el que has discutido con todo el mundo, escuchar la primera carcajada de tu bebé.

  • Cuestionarte si merece la pena tanto sacrificio, si has elegido bien tu camino y que tu recompensa sea oír un “mamá”.

  • Despertar en la noche con la peor de las pesadillas y que unas manitas que te buscan disipen todos tus miedos.

  • Sentirte que no eres nadie en este mundo, y darte cuenta de que hay alguien para quien lo eres todo.

  • Volver del trabajo cansada y malhumorada y que te reciban con los brazos abiertos, contándote con la mayor de las alegrías todas las cosas que le han pasado.

  • Sentirte enferma, hecha polvo, sin fuerzas para levantarte de la cama, y que te den un besito “pa que te cures”.

  • En ese día de bajón, que has intentado disimular, recibir un abrazo inesperado.

  • Sentir que ya todo está hecho, que no le harás falta nunca más y recibir esa llamada: “mamá, te necesito”.


   Seguro que se te ocurren muchísimos más momentos como éstos, yo estoy deseando vivir todos los que vengan...




2 comentarios:

  1. Que momentos más bonitos!! por momentos así merece la pena todo, bss!

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    1. Los hijos tienen esa magia, esa capacidad de traernos alegría incluso en los momentos más tristes.
      Un beso!

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