domingo, 3 de noviembre de 2013

Lo que te cuentan y lo que no

   Respecto a la concepción, el embarazo, el parto y la crianza, siempre hay cosas que te cuentan (aquello que aparentemente “lo sabe todo el mundo”) y cosas que no. Una vez que vives la magia de la maternidad en tu propia piel, te das cuenta de que muchas de las cosas “que te cuentan” no se corresponden exactamente con la realidad que estas viviendo, y descubres cosas que ni imaginabas que serían así, y algunas de ellas hubieras agradecido que alguien te hubiera prevenido al respecto.

   Mucho de lo que no se cuenta se mantiene en silencio porque no son temas agradables. Si se andubieran contando todos los aspectos negativos de la maternidad, sería desalentador para quien ansía tener hijos. Además, muchas veces, las cosas buenas hacen que las malas pierdan importancia.

   Hay vivencias de lo más curiosas. Yo me hice fan de esta muchacha por estos vídeos, aquí los dejo para quien se quiera echar unas risas: 






   No se trata de demonizar la aventura de la maternidad, aunque tampoco de idealizarla, pero por mucho que leas, te informes, y por mucho que conozcas a madres en tu entorno cercano, nunca tendrás una idea exacta de lo que te espera, hasta que no lo vivas en tus propias carnes. Y es que cada caso es distinto, porque están implicados multitud de factores, haciendo que puedas vivir una experiencia completamente distinta a la que vivió tu vecina o tu prima que también fue madre hace poco, y que tampoco será igual si tienes otro hijo más adelante. Voy a contar sólo algunos ejemplos (porque si no este post no tendría fin), de mi experiencia personal.

   Sobre la concepción:
  Me contaron que había mujeres que se quedaban embarazadas con más facilidad que otras. No me contaron que había tantísimas cosas que podían salir mal, que existiían tantos factores involucrados en la concepción. Me hubiera gustado que me contaran más acerca del funcionamiento de mi propio cuerpo, todas las cosas que sé ahora sobre los ciclos, la fertilidad, la ovulación...

   Sobre el embarazo:
  Me contaron que mi cuerpo cambiaría, y que sentir a mi bebé iba a ser una experiencia asombrosa y emotiva. No me contaron que me iba a resultar tan difícil encontrar una postura cómoda para dormir por la noche, y me hubiera encantado que me advirtieran de que iba a experimentar todos esos miedos, que todas las precauciones (innecesarias muchas de ellas) me iban a parecer pocas, y que si algo tenía que ir mal, podía suceder en cualquier momento, por mucho que intentara encerrarme en una nubecita de algodón.

   Sobre el parto:
  Me contaron que me iba a doler muchísimo, y que en cualquier momento podía terminar en el quirófano. No me contaron que mi cuerpo estaba tan bien preparado para soportar eso (porque tengo una tolerancia al dolor bastante baja, sobre todo en ciertas partes). Me hubiera gustado que me contaran que, aunque muchos partos son complicados, quizá no son tantos como yo siempre había creído, ya que lo normal es que todo transcurra sin problemas, siempre que se deje al cuerpo seguir su curso natural, sin inducciones, acelerantes, ni instrumentaciones innecesarias.

   Sobre la crianza... ufff podría hablar de tantísimas cosas:
  Me contaron que iba a haber momentos difíciles, y que se me caería la baba viendo crecer a mi peque. No me contaron que mi bebé iba a necesitarme tanto, tanto, tanto, y que este sentimiento seria mutuo, ni que podía preocuparme y sufrir así por otra persona. Ni que aunque todo pareciera ir mal, y el cansancio me pudiera, una sola sonrisita de mi bebé bastaría para alejar todo lo malo y alegrarme el día por completo. Me hubiera gustado que me contaran... bueno, oro hubiera pagado por la mitad de lo que sé ahora, y eso que aún me queda un montón por aprender. Sobre todo, aquellas cosas que al principio me quitaban el sueño y que ahora sé que son normales, y que soy capaz de hacer más de lo que creía, que puedo confiar en mí misma, que tengo que escuchar más a mi instinto y menos a los demás.


2 comentarios:

  1. Me encanta esta entrada, muy informativa. Muy cierto que con solo mirar a tu pequeñaj@ el mundo y sus problemas desaparecen por completo.
    Claro está que cada persona lo vive de distinta manera. Yo por ejemplo me pude tumbar boca abajo hasta los bien pasados 6 meses... a partir de ahí me asfixiaba ponerme boca arriba, por lo que solo quedaba la ya conocida opción de lado y amanecer como fiona, la señora ogra de shrek, solo que de color carne, creo XD

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    1. jajaja muy bueno lo de Fiona! Es verdad que nadie te advierte que puede ser que te hinches, homogéneamente o por partes XD

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