domingo, 14 de diciembre de 2014

¡Calla niiiiiño!

  Los niños son espontáneos, naturales, no tienen maldad (hasta que la aprenden, pero los primeros años son inocencia pura), no tienen picardía (ídem de lo mismo), y es por esto que dicen las cosas tal como las sienten, sin filtro, de su cabecita a su boca, directamente.

   Por eso se dice que “los niños y los borrachos son los únicos que dicen la verdad”. Esto no es del todo exacto, lo que ocurre en ambos casos es que se dicen las cosas tal y como se piensan, sin medir (en el caso de los borrachos el filtro está desactivado por el alcohol).

   Pero a veces los niños dicen cosas que no son verdad. A veces su vocabulario es limitado y su forma de explicar las cosas no concuerda exactamente con la realidad, en ocasiones su imaginación desbordante altera su forma de ver y expresar las cosas, y a veces también mienten, pero lo normal es que lo hagan sin maldad e incluso sin darse cuenta.

   Y hay momentos en que los niños dicen cosas que para los mayores son muy inconvenientes.

   Por ejemplo, cuando están desarrollando las habilidades sociales, empiezan a contar todo a todo el mundo, y cuando digo todo es todo, hasta el color de las bragas que se ha puesto su madre esa mañana. ¡Lo cascan todo! Si tienes peques que estén pasando por esta etapa, mejor no digas nada demasiado íntimo delante suyo, aunque te parezca que están distraídos viendo la tele o jugando... ¡no se les escapa una!





    Por supuesto, para aprovechar esta facultad está la abuela/suegra/tía/vecina cotilla que le hace señas a la pobre criatura para que vaya a ponerle al día de todas las intimidades de su familia.

   Así que si tienes hijos prepárate para que en algún momento te saquen los colores.

   Recuerdo una vez que fuimos al parque y había jugando una niña morenita, con el pelo oscuro cortado a cacerola y que llevaba pantalones naranja y camisa rosa (combinación peculiar), pero el caso es que mi Gansi se la quedó mirando, abrió mucho los ojos y empezó a gritar señalándola: “¡Mamá, mamá, es Dora!”... Risa nerviosa y a explicarle a mi peque que es sólo una niña con un estilismo un tanto desafortunado.
 


   Otra anécdota nos sucedió en un comercio, cuando Gansi empezó a pedir pipí, pudimos acceder a un baño e hizo pipí y caca (notición, porque llevaba varios días con un poco de estreñimiento). Así que cuando salimos le dije al Ganso, muy disimuladamente: “Ay, qué bien, ha hecho caca también”, pero mi Gansi decidió correr por todo el comercio cantando a pleno pulmón “¡Papaaaaa he hecho cacaaaaaa!” Lo cierto es que esta vez nos partimos de risa.

   ¿Os ha pasado algo parecido con vuestros peques? Seguro que sí, y si no, es que está por pasar.

   Y si piensas cascarle a alguien algún embuste, procura que tu peque esté al tanto, si no, luego no te quejes cuando le metas a tu suegra la milonga (para que no se sienta mal, la mujer) de que no podéis ir a comer a su casa porque ese día te duele la espalda y os vais a quedar en casa, y tu peque suelte: “¡si me dijiste que íbamos al parqueeee!”.A ver, que es sólo un ejemplo, que con la suegri hay que llevarse bien eh.

   Nadie mejor que nuestros hijos para enseñarnos el valor de la sinceridad, y de la intimidad.

   De mi infancia recuerdo más de un pisotón y pellizco de mi madre, que era su forma de hacerme saber que estaba diciendo algo inconveniente. Pero si pensáis utilizar esta técnica con vuestros peques, ya os digo que no es muy recomendable, porque os exponéis a que os dejen más en evidencia cuando digan: “¡Auch mamáaaa!”

   Y esto es así, hay que tomárselo con humor, y poco a poco irán aprendiendo que hay cosas que no se deben decir, porque aunque sean verdad, está feo o pueden hacer sentir mal a los demás. O que hay muchas maneras de decir lo mismo.

   Es fantástico ser una persona auténtica y sincera, ir siempre de frente diciendo lo que se piensa, lo que hay que cuidar es la forma de decirlo.

2 comentarios:

  1. Jajajaa nosotras también tenemos una anécdota de esas, cuando mi Guinda vio entrar en el bar donde estábamos una mujer un tanto estrafalaria vestida, saltó a pleno pulmón, "Mamá, esa quién es??? y de qué va disfrazada???"
    Me quería meter debajo de la mesa!!! :-S Zocorroooooooooooooooooo!
    Los niños son geniales pero con la boca chancla, como se dice en mi pueblo, de filtro, ná de ná, jajajaja.
    Besosss.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja buenísima tu Guinda!
      De qué apuros salimos con tanta sinceridad y espontaneidad! jajaja

      Eliminar