Cuando era Gansa Premamá siempre había
pensado que quedarse embarazada era facilísimo, que bastaba no poner
medios anticonceptivos y con una vez ya valía, y si no con hacerlo
muchas veces todo arreglado, pero esto de la maternidad y mi
curiosidad innata me han hecho investigar mucho y me he dado cuenta
de que para que una mujer se quede en estado de buena esperanza hace
falta casi que se alineen los planetas. No hablemos ya de que una vez
que se haya producido la concepción, no haya ningún fallo y el
embarazo siga adelante, porque eso ya es otra historia.
Se dice que una mujer sana que desea
concebir deberá esperar de 4 meses a un año para conseguirlo. Pero
¿hay alguna manera de aumentar las probabilidades de acertar antes?
Pues esto es lo que descubrí:
Lo primero es conocerte a ti misma, es
decir, saber cuáles son tus días fértiles, que resulta que no son
muchos. Hay que conocer la duración del ciclo menstrual (que varía
en cada mujer) y saber en qué momento de éste se produce la
ovulación. El óvulo vive entre 12 y 48 horas, y el espermatozoide
de 2 a 5 días máximo, así que en realidad tendríamos un sólo día
en que las probabilidades de quedar embarazadas son máximas, dos en
que son intermedias, uno baja y otro muy baja. Para ayudarnos a
reconocer estos días también pueden ser de utilidad los test de ovulación, aunque si llevas mucho tiempo observándote y prestando
atención a las señales de tu cuerpo probablemente no los necesites,
pero vienen bien para confirmar.
Resulta que hay entre 25 y 30% de
posibilidades de que un esperma fecunde un óvulo. Así es, estando
el ovulito sano y ahí esperando y habíendose producido la
inseminación exitosa en el día oportuno aún hay un 75% de
probabilidades de que ninguno de esos espermatozoides gandules lo
fecunde. Y una vez fecundado, ese óvulo no siempre se implanta.
Lo que yo decía, vamos, que se tienen
que alinear los planetas. Pero el caso es que se alinean, a veces
cuando no se desea que ocurra, por difícil que parezca, porque si
para una mujer que lo busca es complicado que te toque esa suerte,
para una que trate de evitarlo ya es casualidad.
El mejor método para conocer nuestra
fertilidad es el sintotérmico, que sirve tanto para aumentar las
probabilidades de concebir como para ayudar a evitar un embarazo
cuando no se busca.
Cuando una no tiene prisa, simplemente
deja de poner medidas anticonceptivas y que todo ocurra cuando tenga
que ocurrir, así tengan que pasar varios años, pero hay ocasiones
en que la edad de la mujer, las ansias de querer que llegue pronto el
bebé o cualquier otro motivo hacen que busquemos formas de acelerar
el proceso.
Bueno, pongamos que conocemos nuestros
días clave y mantenemos relaciones sexuales esos días. No hace
falta ni hacerlo todos los días ni esperar varios para que eso
“recargue”. Si bien es cierto que cuando el hombre lleva mucho
tiempo sin eyacular el esperma pierde cierta calidad, parece ser que
lo más eficaz de cara a la fecundación es mantener relaciones días
alternos, e incluso todos los días durante el periodo más fértil
(que no son tantos días, no os preocupéis que no vais a dejar seco
a vuestro costillo).
Hay quien aún recomienda el método
“Batwoman”, que consiste en levantar las piernas o directamente
hacer el pino un rato inmediatamente después del coito (lo que viene
siendo colgarse cuan murciélago), pero la eficacia de este
pintoresco método ha sido seriamente cuestionada, aunque la que
quiera probar tampoco pierde nada.
Un factor muy importante para aumentar
la fertilidad es tener un estado de salud óptimo, tanto en el caso
del hombre como de la mujer, para lo que se recomienda una dieta sana
y ejercicio moderado, evitando tóxicos como drogas, alcohol, tabaco,
alimentos muy procesados o llenos de sustancias químicas
artificiales, harinas y azúcares refinados etc. Y un chequeo médico nunca viene mal.
Existen también ciertos complementos
que pueden ayudar. Por ejemplo, tomar pomelo o zumo de pomelo y
bebidas isotónicas aumenta la producción de flujo vaginal, que es
el que facilita que los epermatozoides naden hasta el óvulo. La
sequedad, además de hacer incómodas las relaciones sexuales, es uno
de los factores que hacen que se pierda fertilidad con la edad de la
mujer, ya que la falta de flujo dificulta seriamente que se produzca
la fecundación.
Existe un método llamado “plan eco”
(esperma conoce a óvulo), que se basa en parte en la ingesta de este
tipo de productos, como la maca andina para el hombre, que parece ser
que aumenta la calidad del esperma, o la jalea real para fortalecer
el sistema hormonal.
El aceite o semillas de lino contiene
sustancias que ayudan a la implantación del cigoto, y por
prescripción médica puede ser también necesario suministrar
progesterona durante la fase lútea (postovulatoria), en caso de que
los niveles hormonales no sean los óptimos, lo cual se averigua
mediante análisis de sangre.
Un complemento del que se habla muy
bien, y que se recomienda tomar desde 3 meses antes de buscar el
embarazo es el ovusitol, que mejora la calidad y la regularidad de la
ovulación y contiene entre otras cosas ácido fólico, esencial para
mujeres que planean quedar embarazadas ya que previene alteraciones
congénitas como la espina bífida.
En resumen:
- Cuidar nuestra salud y alimentación
- Conocer nuestro cuerpo para saber los días clave
- Tomar complementos (a ser posible naturales)
- Ser conscientes de que aún así es posible que tardemos un tiempo en conseguir el embarazo.
Como veis no podemos obligar a los
planetas a alinearse pero podemos intuir cuándo es posible que lo
hagan y ayudar un poco. Ya me decís si os ha sido útil. ¡Espero
que sí!
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