jueves, 3 de marzo de 2016

La frase: "no se cómo me quedé embarazada"

   Cuando era Gansa Premamá me causaba gracia que las mujeres dijeran “uy, pues no sé cómo me he quedado embarazada”. Pensaba “hija mía, si quieres te hago un dibujo pa que lo entiendas”. Me parecía evidente, si has tenido relaciones sexuales, sobre todo si no has usado protección, pues ahí lo tienes. ¿Cómo podían no explicárselo? Estaba segura de que era puro postureo.

   Durante el tiempo que pasé formándome para entender mi propia fertilidad (y aún me queda por aprender), todavía me parecía más extraño que una mujer pudiera haberse quedado embarazada sin esperarlo, o al menos, sin llegar a comprender cómo había sucedido, con lo difícil que es quedarse preñada.

   Pues hasta que no me pasó a mí no lo vi con claridad, así que si a ti también te choca que alguien se pueda embarazar “por accidente” (y hasta te parece injusto si es que llevas mucho tiempo buscando un bebé), o piensas que eso nunca te va a pasar a ti, porque justamente tratas de evitarlo, quédate que te cuento todo lo que aprendí.

   Quitando los casos de inconsciencia real de quien, por extraño que parezca, no sabe de dónde vienen los niños, o de adolescentes arriesgados o que piensan que por una vez no pasa nada (y probablemente no, pero a veces resulta que sí), o viejos mitos como que la primera vez no cuenta o que si después de hacerlo haces un doble mortal hacia atrás ya no pasa nada, y otros métodos todavía más absurdos, resulta que sí te puedes quedar embarazada cuando creías que no era posible.


 "WTFFFFF!!!"

   Evidentemente donde hay sexo con penetración hay riesgo (que la inmaculada concepción fue una vez y no más), quizá no tanto riesgo como a veces podemos llegar a creer, pero ahí está.

   Si se usan métodos anticonceptivos, hay que tener en cuenta que tienen un mínimo porcentaje de fallo, que quizá es más fácil que te toque la lotería, pero mira, te puede tocar un día. Y esto suponiendo que los estemos usando adecuadamente, porque si añadimos el error humano, ese porcentaje aumenta considerablemente (por ejemplo, no administrar correctamente unas píldoras anticonceptivas, u olvidar tomarlas, no colocar bien un preservativo o que éste se nos rompa...).

   Si lo que seguimos son métodos naturales de planificación familiar (sólo los recomiendo para parejas estables y sanas), es necesario alcanzar un profundo conocimiento de nuestro cuerpo, y estar abiertos a cierto riesgo.

   Por ejemplo, conocí el caso de una mujer que no se explicaba cómo se había quedado embarazada porque por la fecha de su ciclo en que había tenido relaciones sexuales con su pareja no le cuadraba. Pensaba que quizá había ovulado dos veces, o tal vez no midió con certeza el día en que ovuló.

   Si usas estos métodos para prevenir un embarazo que no deseas por nada del mundo, no vale con saber más o menos tu periodo fértil, hay que corroborarlo, no vale con decir “llevo mucho tiempo mirándome y ya me conozco y sé cuándo voy a ovular”, hay que asegurarse si no queremos llevarnos una sorpresa.

   Y digo esto con conocimiento de causa, porque fue lo que me pasó. Aprendí a localizar con tanta precisión el momento de mi ovulación que creí ser capaz de reconocer a la perfección los meses en que no ovulaba, pero estos meses diferentes o “especiales”, estos meses que descuadran de la pauta general, son con los que hay que tener más cuidado y observarse mucho mejor, tomarse la temperatura basal, revisar el flujo y comprobar el estado del cérvix, porque a veces durante estos meses la ovulación pasa totalmente desapercibida.

   En mi caso, desde que tuve a mi Gansi y volví a ovular (años después), notaba perfectamente el día en que esto ocurría porque tenía ovulaciones de lo más molestas. Y hubo un mes en que no noté nada, ni molestias, ni flujo, así que comprobé con tests de ovulación que dieron negativo (aunque quién sabe si de haber seguido haciéndolos los días posteriores habría salido alguno positivo), el caso es que debí tener una “ovulación ninja”, porque aquí estoy felizmente esperando mi huevito con ilusión y mucho miedo, sin saber ni cómo (bueno, el cómo me lo puedo imaginar) ni cuándo vino a mi vida, pero inmensamente agradecida por ello.

   En general me parece que todas las mujeres deberían conocer el funcionamiento de su cuerpo, independientemente del método anticonceptivo que usen, o de si son siquiera sexualmente activas. En primer lugar porque es tremendamente práctico poder anticipar con antelación el momento exacto en que tendrás tu menstruación, sin llevarte sorpresas, y por supuesto los días que tendrás que extremar las precauciones si no quieres quedarte embarazada. También te da tranquilidad el saber que todo va bien, o poder detectar un problema a tiempo, una alteración hormonal, o una posible enfermedad de transmisión sexual que puede empezar dando la cara simplemente en la variación sospechosa del flujo vaginal. Incluso se puede anticipar un embarazo antes de la primera falta.

   Pongamos el caso de una mujer que lleva meses sin menstruación tras el parto. Lo habitual será que no ovule hasta que no le venga la primera regla (o las primeras), pero existen casos en que lo que iba a ser la primera regla ya es ovulatoria, y ese óvulo se puede pillar, con lo que si la mujer no está atenta a los cambios de su cuerpo que indican que su fertilidad se está poniendo de nuevo en marcha, se encontrará embarazada por sorpresa, y enlazará embarazos sin ver la regla de por medio.

   También están aquellas mujeres con fertilidad irregular, como aquellas que tienen problemas hormonales u ovarios poliquísticos y pueden estar meses sin ovular, de forma que si no están especialmente atentas, esta ovulación se producirá cuando menos lo esperen, y puede ser en un momento poco conveniente para ellas, si se relajan confiando en su supuesta infertilidad.

   Igual ocurre cuando las mujeres están llegando al final de su vida fértil, que puede que tras meses sin regla, con fluctuaciones hormonales bestiales, de repente se deje caer un ovulín.


 "¡Manolo, no te lo vas a creer!"
"¿Pero tú te has puesto las gafas de cerca?"
"¡Que sí, leches!"

   Así que sí amigos y amigas, las mujeres podemos quedarnos embarazadas cuando creemos que es imposible que ocurra, lo que para algunas puede ser un milagro y un feliz acontecimiento, y para otras una terrible noticia, así que, reiterando, no está de más tener un conocimiento lo más profundo posible del funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestra fertilidad, para evitar sorpresas.

2 comentarios:

  1. Jajaja, no te lo he dicho antes pero me parto con los comentarios que le pones a las fotos.
    Muy buen post

    ResponderEliminar