¿No es eso lo que nos enseñan cada vez que se muestra un
bebé en los medios de comunicación? Tenemos la asociación bebé = cunita grabada
a fuego. ¿Dónde si no va a dormir nuestra criaturita?
Durante el día se admiten alternativas como el carrito o
cochecito de paseo, o el asiento del coche, pero de noche su sitio es la cunita
o el moisés.
Socialmente, en nuestra cultura, se acepta prácticamente por
igual que los primeros meses la cunita esté en el cuarto donde duermen los
padres, o en un cuarto separado, y a determinada edad (6 meses según algunos,
según otros un año, y a veces algo más) prácticamente “recomiendan” que el
peque tenga su propio cuarto.
Así es como yo lo veía y aceptaba.
“¿Qué alternativa hay entonces? ¿Meterlo en la cama con los
padres? ¡Qué barbaridad! ¡Le malcriarás! ¡Le crearás una dependencia! ¡No
podrás sacarlo de ahí en la vida! Conozco un caso de un niño con 15 años que aún
duerme con sus padres…”
¡Hola Gansa premamá! Te veo un poco exaltada, deja que te
explique un par de cositas que aún no sabes.
En primer lugar, los humanos somos mamíferos, y a los
mamíferos les gusta dormir acurrucaditos. Así que, en teoría, el sitio natural
donde los bebés tendrían que dormir sería acurrucaditos con sus padres. De
hecho, así se ha venido haciendo “toda la vida”, y es sorprendente lo reciente
que es la concepción de que el bebé duerma por separado, para lo arraigada que
está. Esta práctica de dormir separados sólo se lleva a cabo en algunas culturas,
la mayoría de países “desarrollados”, y se viene haciendo desde más o menos la
época de la revolución industrial, quizá algo más tarde, según tengo entendido.
Para entenderlo mejor, personalmente me sirvió bastante leer
al Doctor Carlos González, y algo también se puede sacar de este documental (que me encanta, por cierto), que habla sobre distintos métodos de crianza, y
en cada uno aborda, entre otros, los temas de la alimentación y del sueño.
Y ahora contaré mi propia experiencia. Tratar de hacer
dormir a mi bebe apartado de mí fue un rollo, por no decir un c*ñazo. No ayudó
en nada al descanso de mi bebé y mucho menos al mío, y dificultó mucho la
lactancia.
Mi bebé dormía en su cuna, al lado de mi cama, en mi cuarto.
Pasé meses y meses atendiendo sus frecuentísimos despertares de la siguiente
manera: yo “dormía” (con un ojo abierto y asomándome a la cunita si hacía ya
tiempo que no oía llorar), gansi lloraba, yo me levantaba, iba a su cuna, bajaba
los barrotes, cogía a mi bebé, volvía a mi cama, le daba el pecho (alrededor de
20 minutos cada pecho), le ponía en mi hombro otros 20 minutos para que cogiera
el sueño profundo y volvía a la cunita despacio, rezando porque no se
despertara en el traslado porque esto suponía otra media hora de inducción de
sueño profundo a base de meneos, subía los barrotes, volvía a mi cama, cerraba
los ojos y en un lapso de unos 15-30 minutos, a repetir operación. Sobra decir
que, después de toda esta maniobra, el sueño se te espanta tanto que ese lapso
bien podría ser de una hora que ya no llegas a conseguir dormirte en
condiciones. Así que vivía, o más bien sobrevivía, durmiendo un total de 2 o 3
horas al día, repartidas en fracciones de 5 a 10 minutos.
Hasta que un día me harté y todo esto cambió. Ya dije que
escribiría acerca de lo que aprendí sobre sueño de los bebés, y lo haré,
jejeje, más adelante.
Sólo diré que hacer pasar a una madre por lo que yo pasé,
con tal de que el bebé no se malcríe, es inhumano, y que sin saberlo estaba
incrementando con mi “método” los despertares de mi gansi. Así que tenía que
hacer algo, porque ya me daba igual todo, hasta que mi bebé se malcriara, sólo
quería dormir, porque ya no era ni persona, porque no estaba disfrutando de mi
maternidad, y porque en mis condiciones no era capaz de atender a mi bebé como
debía.
No puedo aguantarme más, tengo que dar una pista: sí, probé
a meter a mi bebé en mi cama a ver qué pasaba, y hasta aquí puedo leer…
Al principio me paso lo mismo. Lo metia en la cuna... bueno, mentira. Las primeras semanas practicamente dormia en mis brazos porque me.levantaba a darle el pecho de madrugada mil veces y en una de ellas me quedaba frita en el sillon con el niño en brazos. No tardé mucho en darme cuenta de que lo mejor era dormir con él en la cama. Y pude ver los beneficios. Desde entonces, siempre conmigo. La cuna la toca el tiempo de yo cenar y poco mas :)
ResponderEliminarEs que si te duermes con el en el sillón no pasa nada, que tienno, pero meterlo en la cama es caca! XD
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