viernes, 6 de septiembre de 2013

Y yo que creía que (4) a los niños no había que cogerlos en brazos

   Los bebés tienen que estar en su carrito o en su cunita, si los coges se malacostumbran y siempre querrán estar en brazos... ¿no?


   Pues esto es lo que yo siempre pensé, que los bebés cuando nacían venían en blanco, y su comportamiento dependía de aquello a lo que tú los acostumbraras, porque lo que yo había oído toda la vida es que los niños son “a lo que tú los acostumbras”.


   Es por esto que cuando mi gansi, nada más llegar a casa, empezó a llorar como si su carrito tuviera brasas, yo pensé “oh, no. Le hemos cogido demasiado en el hospital…” Y si a mi estado de desconcierto le sumamos la “sabiduría popular” que me decía: si ya ha comido y le has cambiado, no le pasa nada, deja que llore que es bueno para los pulmones, pues el resultado es un bebé descontento y con necesidades insatisfechas, y una madre con un sentimiento de culpa horroroso porque había acostumbrado fatal a su criatura y no era capaz de dejarla sola llorando en su carrito.


   Tratando de buscarle alguna explicación, pensaba: “Qué mala suerte he tenido. Me ha debido tocar el único bebé que no se está calladito y quieto en el carrito, ni en la cunita, ni en la hamaquita, mientras yo limpio la casa, me ducho, me visto o voy al baño”.


   La verdad es que no se si este pensamiento tan extendido de no coger en brazos a los bebés, termina surtiendo efecto y el niño deja de reclamar los brazos. Supongo que sí funcionará, porque la pobre criatura se acostumbrará a que es inútil gastar energía llorando porque allí no le atiende nadie.


   Pero lo que aprendí, más tarde de lo que me hubiera gustado a mí y a mi gansi, fue que los niños reclaman los brazos de su madre porque ese es su lugar natural, no porque intenten manipularnos y absorbernos la vida para que sólo nos dediquemos a ellos.


   Para empezar, lo de las “costumbres” es una idea sin mucho fundamento, porque un bebé tan pequeñito es incapaz de acostumbrarse a nada, ya que no tiene desarrolladas las capacidades cerebrales necesarias para ello. Y aunque así fuera, en todo caso ya vendría acostumbrado, porque durante toda su vida ha estado acompañado, en un entorno cálido y amoroso, oyendo el corazón y la respiración de su madre, y alimentándose continuamente. Después del trauma que supone el nacimiento, la pobre criatura lo que menos espera es un cambio tan brusco.


   No pensaba ser tajante, pero es como me sale: A los niños hay que cogerlos en brazos, y punto. Y cuanto más mejor, alimentarlos a demanda, sin horarios, reconfortarlos, mecerlos y, en definitiva, hacerles la llegada a este mundo agradable, que ya tendrán tiempo de sufrir en la vida.


   “¡Pero entonces se malcrían! ¡Dominan tu vida! ¡Los niños tienen que tener horarios y normas!”


   Ay, gansa premamá, ya lo entenderás. Te voy adelantando que los niños tienen su ritmo de desarrollo, que hay que respetar, y es inútil tratar de imponerles un horario a tan temprana edad, porque no están preparados para ello y no les beneficia, ya que no permite que respondamos a todas sus necesidades de la mejor forma posible, que es lo único que quieren, no dominarnos en absoluto.


   El problema es que nuestro estilo de vida actual no es compatible, a priori, con cargar con un cachorro todo el día, como sería lo ideal, así que tenemos que valernos de ciertos truquitos. Lo que para mí fue una buenísima solución, que me hubiera encantado conocer mientras aún estaba embarazada, fue el mundo de los portabebés y el denominado “porteo”, y lo que descubrí de este mundo da para otro post.



2 comentarios:

  1. Amen! Qué manía con ver las cosas como no son. Son bebés! No monstruos sedientos de poder... claro... miralo llorando seguro que está pensando cogeme y asi estarás bajo mi control muahahaha. El dia que nacio mi peque lo tuve casi todo el dia en brazos. Hasta dormi con él encima, que mi madre no pegó ojo porque creía que se me iba a caer... estamos mejor los dos. Ademas tan pequeñitos, si da gusto tenerlos encima. Y bueno con el fular elástico era una bendición, los dos la mar de a gusto. :)

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    1. ¿A que si? Es que saben mucho estos niños, les das la mano y te cogen el brazo! jijiji

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