sábado, 21 de septiembre de 2013

Y yo que creía que (5) era lo mismo dar el pecho que el biberón

   “Pero si hoy en día las leches artificiales están muy maternizadas, además, sabes exactamente lo que tu bebé está tomando. Y lo cómodo y práctico que es el biberón…”

   Que sí, gansa premamá, que tomes asiento y que te prepares, porque la leche que sale del pecho de una madre se parece a la que te venden dentro de una lata, como un huevo a una castaña.

   La leche materna no es ni más ni menos que el alimento ideal para cada bebé, en cada momento de su vida. Miento, sí que es mucho más, porque al dar el pecho a tu bebé creas una conexión especial, le ayudas a calmarse, a dormir, y le aportas seguridad y confianza.

   No dejan de hacerse estudios sobre la complejísima composición de la leche materna, que además cambia constantemente. Cambia de una mujer a otra, cambia a lo largo de la vida del bebé, y a lo largo del día, e incluso cambia a lo largo de la misma toma, para adaptarse exactamente y como por arte de magia a las necesidades específicas que tiene tu peque en cada momento.

   ¿Y qué es la leche artificial, de lata, o de fórmula? Pues se trata de leche de vaca, a la que someten a una serie de tratamientos para hacerla apta (que no óptima) para el consumo humano. Luego la someten a más tratamientos para que termine siendo ese polvo de olor no muy agradable (especialmente en algunas marcas) almacenado en una lata, que se debe preparar con agua hervida (lo cual al final casi nadie termina haciendo), en un biberón previamente esterilizado, que luego hay que volver a lavar y esterilizar. Y encima cuesta una pasta...



   Entonces, ¿por qué no dan el pecho todas las mujeres? Pues principalmente por dos razones: porque creen (o las hacen creer) que no podrán (porque no tendrán leche, no será de calidad, o su bebé no se cogerá al pecho), o bien porque creen (o las hacen creer) que dar el pecho es demasiado sacrificado.

   Y aún cuando tienen su lactancia bien consolidada, cuando han visto que no sólo pueden dar el pecho sino que no es tan sacrificado como creían, de repente un día dejan de amamantar a su bebé. Y lo dejan mayormente porque surge algún bache en su lactancia (que no siempre es un camino de rosas) y empiezan a creer que su bebé se queda con hambre, o bien porque creen que deben dejarlo, que ya no les alimenta igual, y que total ya toman comida sólida.

   Pero claro, tomar leche es importante para un niño pequeño, así que empiezan a darle biberones y terminan pagando por algo que ya tenían gratis (independientemente de que su situación económica no les permita llegar a fin de mes). ¿Me pregunto a quién beneficiará esto? ¿A un bebé al que de repente le dan un alimento de peor calidad, y le retiran el resto de beneficios que le aportaba el pecho materno? ¿A una madre a la que tienen que pincharle un medicamento para cortar de cuajo la producción de leche, con el consecuente riesgo para su salud que ello conlleva? ¿O quizá a una industria que en su publicidad nos ofrece su producto maravilloso para cuando “decidamos” dejar de darle el pecho a nuestro bebé, dando por sentado que lo normal es que en algún momento decidamos hacerlo?

   Pero bueno, ya me despacharé a gusto más adelante con el tema de la lactancia en sí. De momento voy a contar mi experiencia.

   ¿Qué es lo que creía yo cuando iba a tener a mi criatura? Pues lo que la mayoría, supongo. “Cuando tenga a mi bebé intentaré darle el pecho. A ver si puedo, si es que se coge, si es que tengo leche suficiente, porque tengo tan poquito pecho que uff… y si lo consigo le daré durante un mesecito o así, para pasarle las defensas. Y siempre en privado y tapándome eh, pero cuando salga a la calle le daré biberón, porque total, por tomarse uno de vez en cuando no le va a pasar nada…”

   A ver, prometo “sin cruzar” (como decía de pequeña) que tengo previsto un post en el que explicaré lo que aprendí sobre la lactancia, otro sobre mi experiencia dando el pecho en público, y otro sobre mis affaires con el biberón, pero de momento, para no alargarme infinitamente, dejo aquí esta reflexión:

   ¿De verdad es cómodo y práctico tener que comprar toda una parafernalia de biberones, tetinas, esterilizadores, termos y demás accesorios, tener que andar calentando agua a la temperatura justa, contar las cucharaditas, lavar y esterilizar una y otra vez, salir de casa cargando con un arsenal de tiestos, y hacer esperar a un bebé hambriento mientras le preparan el bibi? ¿No es mucho más práctico y rápido simplemente sacarse un pecho y enchufarse al nene?

   Al final, lo que en mi caso iba a ser un mes de lactancia materna, pasó a: "Bueno pues unos tres o cuatro mesecitos, y si me sale curro lo dejo". "Creo que seis meses está bien, que luego ya es muy grande". "Para el año sí, para el año se desteta, que más tarde costará ya mucho". "Bueno la Organización Mundial de la Salud recomienda dar el pecho dos años como mínimo, así que a los dos años lo dejaremos". Y finalmente, después de ver la luz: "mira, ya lo dejará mi peque cuando quiera"…




4 comentarios:

  1. Plas, plas, plas! Maravilloso este post... si es que una arranca a hablar de este tema y tenemos días de charla sobre los veneficios de la leche materna, la comodidas y que después a una se le quitan todas las vergüenzas cuando ves que es lo mas natural del mundo, práctico, que calma al bebé, ya sabes eso de "en caso de duda, derecho al pecho" XD . Y bueno, tambiten están las que no dan el pecho por estética... en fin.
    Es que muchos "profesionales" también tienen su don para hacer que fracase la lactancia. Es que si no eres cabezota, te dan palos por todos los lados. Como decía mi matrona, lo tienes que tener muy muy muy claro si quieres dar el pecho, porque siempre habrá alguien ignorante comiendote la oreja. Lo que no te imaginas es que es ignorante en el tema quien debe, en teoría, saber mil veces mas que tu. Pero la triste realidad te hace ver todo lo contrario.

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    1. Gracias! La verdad es que me pongo a hablar y me quedo sola jajaja.
      En cuanto a lo de la estética, por lo que tengo entendido, es el embarazo lo que estropea el pecho, y no la lactancia como mucha gente cree. Pero claro, esto no es lo que te suelen contar, sobre todo, como tú dices, la gente que se supone que sabe (o debe saber) más que tú sobre el tema...

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