Está claro que hay niños más demandantes que otros, y madres
más apegadas que otras. Ya hablaré en otro post sobre los bebés de “alta
demanda” y los primeros meses de vida de mi gansi. El caso es que la diferencia
entre el estado anímico de las madres, que puede ser abismal, se nota desde el
primer minuto del nacimiento y depende de muchos factores.
Por un lado está el estado físico de la madre. Dependiendo
de cómo haya sido el parto, y de la propia constitución física de la mujer,
podemos encontrarnos a una pobre señora que se ha quedado “pal arrastre”,
sondada, sin fuerzas, rajada como una sandía y cosida por dentro y por fuera,
que apenas puede sostener a su criatura, y que mira atónita y perpleja a la
cama de al lado donde hay una muchacha que se levanta de un salto de la cama
cuando va a coger a su bebé, pasea por la habitación hablando por el móvil y se
hace la manicura mientras lee el Pronto, y su bebé duerme plácidamente hora
tras hora.
Por otro lado está lo demandante que sea el bebé, que puede
ser muy dormilón o puede necesitar comer con mucha frecuencia y estar pegado a
su madre constantemente (ni en la cuna, ni con otra persona, el contacto
permanente que reclama únicamente es el de su madre). Y por supuesto está el
tipo de alimentación que se le de al bebé. Ya me explayaré a gusto más adelante
hablando de la diferencia que supone dar el pecho y dar el biberón, tanto para
el bebé como para la madre.
Una vez que te vas a casa con tu recién nacido, lo que tu
cuerpo te pide normalmente es tranquilidad y descanso, pero hay una serie de
trámites que se tienen que cumplir, como el registro civil, el papeleo de la
baja por maternidad, o las revisiones médicas, y no siempre te puede echar una
mano tu pareja para esto, como mínimo la parte del médico no te la puedes
saltar.
Así que te puedes ver andando como un cowboy hacia la
consulta, sin poder estar de pie mucho rato seguido, ni sentarte porque aún te molestan
los puntos y te han salido hemorroides como coliflores, con tu bebé en brazos
que llora sin parar y tú no sabes por qué...
Entonces miras a la puerta y aparece “ella”. Empuja un
carrito de diseño en el que dormita una preciosa y perfumada bolita humana
vestida de piqué, que al cabo del rato te dan ganas de tomarle el pulso porque
no se despierta en todo el tiempo. Va impecablemente vestida, maquillada y con
el pelo planchado, y mientras tú te has vestido con una mano, con lo primero
que ha salido del armario que parecía cómodo, no te ha dado tiempo ni a lavarte
la cara y lo máximo que has podido hacer por tu pelo es medio recogerlo en una
coleta cutre.
Y claro está, a mí me pasó esto, y reconozco que con las
hormonas “a flor de piel” me entraron ganas de llorar y no paré de preguntarme
“¿Pero cómo lo hace?”
“¿Qué hacía su criatura mientras ella se duchaba, se vestía,
se arreglaba el pelo y se maquillaba con toda tranquilidad? Porque debió ser un
rato muy largo ¿Será que yo estoy haciendo algo mal? Por dios qué inútil debo
ser”.
Quisiera lanzar un mensaje a todas las mamás que alguna vez
se han sendito así, y a las futuras mamás a las que les pueda pasar: No te
preocupes, que tiene truco. No eres inútil, eres una madre NORMAL. Los bebés
super dormilones son una minoría, lo normal es que tu bebé te reclame
constantemente. Lo normal es que el parto te deje echa polvo durante días o semanas, lo
normal es que lo que te apetezca sea estar cómoda, y lo normal es que no tengas
tiempo ni para estornudar.
“Esas madres” es muy posible que (sobre)alimenten a sus
criaturas con biberón, y que una vez que han comido y están cambiados los
aparquen en el carrito aunque lloren. Una pequeña parte de ellas tendrá “bebés
nenuco” que no harán ruido en todo el día, pero repito que esto no es lo habitual. Así que tranquila, que no lo estás haciendo mal, no pretendas ser una
superwoman, sólo disfruta de tu peque. Ya sé que suena a cliché, pero es que
crecen tan rápido…
Jajajaja, muy bueno. Si es cierto que cuando veia a esas madres yo pensaba que suerte! Pero es cierto, es una minoría. Lo normal es que lloren y reclamen nuestra atención. Recuerdo que en las clases de lactancia una me dijo "no te preocupes que en dos meses después de nacer se regulan" a los dos meses me entraron ganas de ir para allá y decirle MENTIRAAAAAA. Como siempre generalizando.
ResponderEliminarSiii, el famoso "a los tres meses se les arregla el estomaguito y ya comen cada 3 horas y sin cólicos" o "a los cuatro meses le das cereales y ya te duermen del tirón"... y una esperando como una lerda XD
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