“Mi peque no va a llorar en su primer
día de guarde. No, eso les pasa a otros niños. Yo a mi peque le he
transmitido siempre seguridad y confianza. Además, le hablaré con
antelación del sitio al que va a ir, para que sepa lo que le espera,
y se lo pintaré como un lugar maravilloso, en el que aprederá,
jugará, se divertirá y hará muchos amigos. Sí, se lo explicaré,
le diré que se lo pase muy bien porque en un ratito mami volverá, y
así seguro que no llorará...” Y un huevo de pato....
En estas fechas se abre el periodo de
solicitud de centro escolar, para matricular a nuestros peques en el colegio
o en la guardería, y me vienen a la cabeza recuerdos del año
pasado, cuando yo creía que mi peque no sólo no lloraría cuando
pisara su guarde, sino que miraría con extrañeza a los niños que
sí lloraran e iría a consolarlos, como suele hacer cuando ve a
alguien triste.
Me puedo creer que un niño que ha ido
a la guardería desde muy bebé, esté acostumbrado a que lo dejen
allí y no llore, pero entiendo que un peque de dos añitos lo pase
fatal, especialmente los primeros días. Sólo hay que ponerse en la
piel de una criatura que no conoce otra cosa más que estar con sus
padres, y de pronto es dejado en un sitio extraño con un montón de
desconocidos, ve como su mamá se aleja y no sabe cuándo va a
volver, porque no tiene noción del tiempo (ni siquiera sabe con
seguridad si volverá). La sensación de miedo, incertidumbre e
inseguridad tiene que ser insoportable.
“Llévale a la guarde”, decían,
“Es bueno para ellos”, decían...
Hasta pesadillas tuve desde meses antes
de llevar a mi gansi a la guarde. Soñaba que le hacían daño, o que
le obligaban a hacer algo que no quería, que lloraría
desconsoladamente y le ignorarían, o hasta que no estaría allí a
la hora de la recogida, que me dirían que nunca entró y que
desaparecería para siempre, y muchos más pensamientos negativos.
Así que, aunque intenté transmitirle
a mi gansi toda la seguridad del mundo, y explicarle lo que iba a
pasar, aquello fue inútil. Mi peque no lo entendió, claro está, se
agarró a mí en la puerta de entrada a su clase y me miró
suplicante, pero su seño le agarró y le arrancó de mis brazos,
cerrándome la puerta en las narices, y yo me alejé con lágrimas en
los ojos (aunque le había despedido con mi mejor sonrisa), oyendo
sus gritos hasta que salí del edificio, y sintiéndome la peor madre
del mundo.
Sólo fueron un par de horas, porque
así es la primera semana del periodo de adaptación, pero fueron las
más largas de mi vida. Llegué a casa y me puse a limpiar
compulsivamente para tener la mente ocupada, y a la hora de la
recogida corrí hacia la guarde como si fuera a perder el último
tren, con las piernas temblorosas y el corazón a mil por hora.
Mi gansi salió con la carita hinchada
y enrojecida, y el corazoncito encogido. No había dejado de llorar en
todo el tiempo...
Se supone que como ya ha pasado el mal
trago, cuando vaya a cole el año que viene no llorará, aunque yo no
lo tengo tan claro. Todo el mundo me decía que era mucho mejor que
los niños fueran por lo menos el último año a la guardería, que
luego en el colegio se notaba y no lo pasaban tan mal, pero quisiera
saber dónde está la ventaja de que se peguen el sofocón con 2 años
en vez de con 3, que además ya tienen algo más de madurez y existe
la posibilidad de que medio entiendan que no les va a pasar nada
malo.
No dudo, es más, doy por sentado, que
mucha gente habrá visto ventajas en que sus peques de dos añitos
vayan a la guardería, pero en mi caso no las ha habido. Únicamente
me ha dejado más tiempo para mí y para mis estudios, pero ni mi
gansi se ha vuelto más sociable de lo que era, ni ha hecho amiguitos
inseparables, ni le han enseñado más de lo que ya aprende conmigo.
Más de una vez he pensado quitar a mi
peque de la guarde, especialmente considerando que habrá pasado casi
la mitad del curso empalmando resfriados, bronquitis, diarreas y
demás. Pero por mis circunstancias personales, no he tenido más
remedio que tragar.
Ya veremos lo que pasa el año que
viene en el cole...
A mi me comentó una amiga que es profesora de educación infantil que los niños que habían estado en la guardería lloraban igualmente.
ResponderEliminarA mi me parece que las guarderías están por si se precisan. Pero no para que se acostumbren para el colegio. Bajo mi punto de vista un/a niñ@ necesita de su madre ante todo, ya habrá tiempo de colegio.
Hay que exprimir al máximo todo el tiempo que se pueda.
Yo imagino que cada uno tiene su experiencia, pero la mía ha sido que no merece la pena la escolarización temprana, si no tienes necesidad de que alguien tenga que cuidar de tu peque por tí.
Eliminar;)
Mi hija tiene 10 meses, tenemos muy claro que a no ser que sea totalmente imprescindible no va a pisar una guardería y nos estamos planteando si empezará el colegio a los tres años o si esperaremos a los cuatro o a los cinco o directamente esperaremos a que sea obligatorio para escolarizarla.
ResponderEliminarVivimos en un pueblo y tiene todas las tardes del mundo para socializar con otros niños :)
Me alegro por vosotros! Ya veras que no tiene ninguna carencia, no hagas caso a lo que te puedan decir, y socializar como bien dices ya lo hara por las tardes.
EliminarQuiza veais a vuestra peque ya preparada con 4 o 5 años, y a lo mejor hasta os lo pide ella, y si no pues hasta que sea obligatorio, claro que si!
Un beso! ;)