Los fans de Martes y Trece ya sabrán a
lo que me refiero. Hoy quiero hablar de “eso” de lo que no se
suele hablar acerca de la etapa del embarazo. Un tema natural, pero
para algunos incomodante, y no me refiero al campo de coliflores en
que se puede transformar tu trasero después del parto, por efecto de
las hemorroides, cosa de la que a mí nadie me previno y que me tuvo
más de un mes sin poderme sentar sin ver las estrellas. “Eso” de
lo que tampoco nadie me habló, damas y caballeros, es el sexo
durante el embarazo.
Cada mujer es un mundo, y hay casos en
los que se produce el efecto contrario y sucede que, junto con los
malestares asociados al embarazo, a los que algunas parecen inmunes y
otras hipersensibles, el resultado es un estado de inapetencia total,
e incluso en ocasiones, repulsión hacia la pareja.
Pero lo habitual es que las hormonas se
nos revuelvan de tal manera que a veces parezca que nos hemos
transformado en un chico de 15 añitos. Dicen que los hombres pasan
la mayor parte del tiempo pensando en sexo, de ahí que más de una
embarazada pueda llegar a pensar que mentalmente se siente como un
tío, y es que no estamos habituadas a estar inmensamente
concentradas en un asunto y de repente sorprendernos, aparentemente
sin venir a cuento, pensando en “darle al tema”. Vemos a veces
cómo el sueño más inocente de repente se vuelve tórrido y nos
despertamos con unas ganas tremendas de ñiqui ñiqui.
Yo me preguntaba cómo lo hacían los
hombres. ¿Cómo se puede uno centrar en nada si a cada rato estás
pensando en lo mismo? Y yo que creía que eran las mujeres las que
estaban condicionadas por las hormonas, con ciclos que alteran
nuestro estado de ánimo.
También cada hombre es un mundo. Hay a
los que no les molesta tener relaciones sexuales mientras la mujer
tiene la regla, igual que los hay que no tienen ningún inconveniente
en hacerlo con su pareja durante todo el embarazo, o incluso hasta
les pone, de alguna manera. Pero es muy habitual que a los hombres
les de cierto reparo, especialmente a medida que el embarazo
prospera.
Esto se puede deber (o eso dicen ellos)
al temor a hacerle daño al bebé, o inclusive que éste note de
alguna manera lo que está pasando. El caso es que nos rechazan en el
momento en el que más lo necesitamos, cuando experimentamos las
sensaciones más intensas que nunca antes en nuestra vida.
-”Ains Cari, es que no quiero hacerle
daño al bebé.”
-”¡Pero si no ibas a llegar ahí ni
aunque fueras Nacho Vidal!”
Tras el parto la cosa cambia por
completo. Cuando leí que durante la cuarentena se recomienda usar
preservativo para evitar infecciones al mantener relaciones sexuales,
me dio hasta la risa. Entre el cansancio extremo que arrastraba, la
incapacidad de separar a mi bebé de mi cuerpo durante más de 3
minutos sin que llorara como si fuera el fin del mundo, y el estado
de zona catastrófica de mis pobres bajos rajados, cortados y
recosidos, no estaba yo para mucha “marcha”. Me quito el sombrero
y olé por la que es capaz de tener sexo durante la cuarentena.
Es muy frecuente que se tenga colgado
el cartel de “cerrado por reformas” durante mucho tiempo, pero la
reaparición de la libido también depende de cada una. Las que
optamos por la lactancia materna pasamos muchos meses inundadas por
la oxitocina, y podría parecer que es que no nos apetece darle al
mambo, pero lo que ocurre es que las hormonas ejercen un efecto sobre
nuestro cuerpo que hace que nos sintamos ya saciadas.
Así que si nuestras parejas antes no
querían porque les daba “cosica” la barriga, ahora nos lo van a
tener que recordar, porque nosotras, entre lo atareadas que estaremos
aprendiendo tantísimas cosas nuevas con nuestro bebé (y sobre todo
aprendiendo a satisfacer sus necesidades), y lo satisfechas que
nuestras hormonas nos tendrán, probablemente ni nos acordemos de
ellos en ese sentido (pobretes).
Se suele dar además por sentado que
las parejas que practican el colecho con sus hijos, no mantienen
relaciones sexuales, y siempre surge la misma pregunta: “¿Y
vosotros cómo lo hacéis, si dormís con los niños?”. ¡Pues es
de lo más divertido! Es como volver a la época de novios y
aprovechar cuando surge la oportunidad, allá donde surja.
¡Ñiqui ñiqui!
Uy, es que creo que en esto del sexo, la mayor parte del tiempo hombres y mujeres estamos condenados a no entendernos.
ResponderEliminarYa se sabe, ellos son de marte y nosotras de venus ;)
EliminarYo soy otra de las "cortadas" que no suele hablar mucho de "eso" en público. Pero menos mal que hay gente como tú que escribe este tipo de posts, para que las que van buscando información por internet los puedan encontrar y ver que no son las únicas.
ResponderEliminarUy si yo te contara! También me corto mucho, no te creas, y mira que es una cosa de lo mas natural.
EliminarMe viene al pelo este post de la srta ruthenmeyer http://srtaruthenmeyer.wordpress.com/2014/03/13/a-las-mujeres-no-nos-gusta-el-sexo/