martes, 27 de agosto de 2013

Lo que aprendí sobre los pañales

   Después de probar cada marca de pañal que iba viendo en las tiendas, llegué a la conclusión de que no siempre las marcas más conocidas o más caras son las mejores. Probé marcas famosas que me decepcionaron, y marcas blancas que me sorprendieron muy gratamente, a pesar de que al principio temía que le dejaran a mi pobre gansi los bajos desolladitos. Mi recomendación: probar y probar sin miedo.


   Otra cosa que aprendí fue a poner pañales, y me costó meses de “duro entrenamiento” conseguir que mi gansi luciera decente con un pañal puesto por mí (y yo que creía que poner pañales era fácil, o por lo menos que se aprendía rápido, como al principio pones chorrocientos al día… pues ni por esas).


   Pero mi principal descubrimiento fueron los pañales de tela… “¿pañales de queeee?” ¡Hola gansa premamá…!


   “¡Ni hola ni leches! ¿En serio? ¿pañales DE TELA? ¿Como las antiguas? ¿Todo el día lavando? ¡Menudo trabajo! ¿Quién tiene tiempo para eso? ¡Menudo atraso! Con lo cómodos que son los pañales modernos… ¿Y las cacas? ¿Y cuando sales a la calle o vas de viaje? ¡Uy no! ¡Yo eso no, no, no!”


   Relájate mujer, que te va a dar algo. Tómate esta tilita mientras te explico lo que aprendí sobre el maravilloso mundo de los pañales de tela.


   Los pañales de tela modernos nada tienen que ver con aquellos plásticos con gasa e imperdible que usaban las abuelas, sino que son una opción ecológica, económica y, en fin, una preciosura.


   Sólo voy a hacer un resumen de mi experiencia, así que para saber más pincha aquí, aquí y aquí:



   Son más ecológicos porque generan muchísimo menos residuo al medio ambiente. Lo que gastas de más en luz y agua (que no es mucho) lo ahorras de kilos y kilos de basura en forma de pañal pestoso poco biodegradable.


   Son más económicos, y sólo hace falta calcular lo que nos gastamos al mes en pañales desechables y multiplicarlo por los meses que nuestro peque los va a usar (es un pastón eh). Cada pañal de tela puede costar desde 6 euros (uno medio decente) hasta 26 y pico como máximo (uno de marca, con calidad y diseño del recopón). Para poder usarlos desde casi recién nacido (yo para las cacas de meconio sigo prefiriendo desechables) se necesitan al menos 20, 25 pañales para estar sobradas, así que por poco más de 200 euros podríamos asegurarnos una colección de pañales y accesorios de lo más decente. Además, teniendo en cuenta que los pañales de tela pueden pasar con total higiene de un bebé a otro, se pueden aprovechar entre hermanos, primos y demás, con lo que el ahorro es todavía mayor.


   Se pueden compaginar con los desechables. Teniendo unos cuantos de tela (que siempre es un ahorro) y dándoles un lavadillo a mano con jabón lagarto, que tampoco es tanto trabajo (ver)


   “¿Qué noooo?” Tranquila que verás como no. Tanto usando de tela como desechables, coges a tu peque y le quitas el pañal pestilente, le lavas los bajos, le pones el pañal limpio, y tiras el sucio al cubo (de la basura o de los pañales sucios). En el caso de los desechables, cuando el cubo está lleno lo llevas al contenedor y lo tiras, y en los de tela los echas a la lavadora. No es tanto trabajo poner un par de lavadoras más a la semana.


   “¿Y las cacas? ¿Las CACAS?” Que sí, que ya llegamos a eso. Las cacas sólidas no se quedan pegadas a este tipo de tejidos, se les da la vuelta al pañalón y caen al váter o a la basura, y si son liquiduchas, si es poca cosa se echa el pañal al cubo sin más, y si parece un kilo de mostaza se le da un enjuagadín encima del váter con la alcachofa de la ducha, es un segundo y no es tan asqueroso como parece.


   Si nos vamos de viaje y no podemos lavar, compramos para esa ocasión una bolsita de desechables y listo. Y si simplemente estamos en la calle unas horas nos llevamos una bolsita impermeable y guardamos ahí el “pastel” para echarlo a lo sucio cuando lleguemos a casa.


   Con un correcto lavado y secado, quedan hechos un primor de nuevo, aunque pueda parecer misión imposible.


   Así nunca te quedas sin pañales, ni tienes que salir corriendo a comprar, ni cargar con paquetones enormes. Yo estoy encantada, ojalá los hubiera descubierto antes. Para mí, personalmente, son todo ventajas. La única “pega” es que hay tantísimos diseños preciosos que se vuelve una adicta a comprar. 

                              "Gotta catch'em all!" Sí, alucinen con mi manejo del Paint...

4 comentarios:

  1. Yo me empecé a interesar demasiado tarde, pero creo que es una buena inversión, un ahorro. Y a parte es que son tan monos... jajaja.

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  2. Por cierto, muy bueno el Ash! Hazte con todos! Jajajaja.

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    1. Si si... yo te lo agradezco pero las artes plásticas y yo nunca hemos sido muy amigas XD

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  3. Ahorro sin duda, y eso que me he dejado en el tintero que cuando ya no los quieras, si no se los vas a dar a nadie de tu entorno, se venden genial de segunda mano, con lo que encima recuperas parte de la inversion. Por cierto, en el maravilloso mundo de los pañales de segunda mano puedes encontrar monerías tiradas de precio ;)

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